Entre todas las iglesias que tiene Ayacucho, esta es particularmente original; fachada de piedra rosa y gris con sus extraños diseños, nave único y exuberante interior. Incluye un gran número de retablos coloreados y dorados con pan de oro, murales con los motivos de la fauna y la flora de la selva amazónica, objetos de madera fina. El arte colonial jesuita está en pleno apogeo.